sábado, 28 de enero de 2012

TENGO UNA ENFERMEDAD...

Chicos y chicas... Tengo que confesaros algo. No soy normal, tengo una enfermedad. Bueno, o eso dice la gente de mi alrededor. Me dicen que nadie es perfecto, y yo con ese defecto aún menos. Además, añaden que estos últimos días me está dando un ataque. Me asustan bastante, y por eso he intentado buscar algún médico que me pueda decir qué es lo que tengo, pero ninguno me sabe responder. Os diré los síntomas que aseguran que se me notan: el mayor de todos es que tengo una especie de obsesión, como que me vuelvo loca cuando oigo ciertos nombres. También me dicen que me pongo muy roja y actúo de forma extraña cuando se me acerca gente del Barça, como si me enfadara por todo lo que me dicen. Creo que eso sí es verdad. Me han repetido mil veces también que cuando llega el fin de semana me vuelvo blanca, blanquísima, y hay algo que me conduce siempre a una pantalla. Dicen que me quedo atontada mirando el verde de la televisión, y que no hay quien me aparte de ella. También me han visto temblando de los nervios, que me coge como un tic que me hace gritar siempre una frase incomprensible, algo como "Halamadri", y que no lo puedo controlar. Todos saben, además, que tengo una manía que hace que siempre me esté quejando de el hombre que viste de negro. Que sea quien sea me cae mal, pero solo si perjudica a mi equipo. Aseguran que tengo alergia a una cosa a la que llaman "villarato", y que repelo todo lo que sea azul y rojo. A esta lista se le pone también un amor incondicional a todo lo que lleve un escudo en el que se leen las letras RMCF, y que me encanta hablar con gente de todo el mundo que sienta ese mismo amor. Además de todo esto, dicen que lucho día a día para defender a un mismo equipo, y que no tolero ni permito que se hable mal de él. Dicen que soy una clara aspirante a ganar la Liga, y la Champions, pero que nunca bebo con copas porque no estoy acostumbrada. El año pasado lo intenté, pero se me cayó y la rompí. Eso último no lo entiendo muy bien, pero tienen razón. Pero, sin embargo, tiene cosas buenas: nunca tiro la toalla, y confío mucho en mí misma. El señorío es mi mayor valor, y dicen que lucho como si fuera mi último día sobre la faz de la tierra. Dicen que, si quiero, salto más alto que nadie. Que soy capaz de remontar una situación difícil, y que soy capaz de marcar a los 30 segundos de empezar un clásico.
Para mí tener esta enfermedad tiene una parte muy mala. Estoy siempre en contacto con gente culé, y por eso tengo reacciones alérgicas constantes que a veces me harían cruzarles la cara. Es difícil para mí contenerme, porque me discriminan muchas veces sólo por estar enferma crónica. Me apartan del resto muchas veces, y dicen que es peligrosa. pero a la vez me encanta sentir esta sensación. Siento que soy mejor que nadie, y paso bastante de los comentarios que me hagan.
Lo peor de todo este problema es que, a parte que está muy extendida y que no se puede curar, la gente que la tiene no se la toma como una enfermedad. A mí me encanta ser portadora. Yo la heredé mi padre, y no es contagiosa. Es hereditaria: se nace, y no se hace. Se llama MADRIDISMO, y no hay remedio alguno para ella. Puedes llegar a morir por el Real Madrid. Hay millones de afectados en el mundo, y se ha confirmado tras pruebas científicas que sólo hay un modo de ir anulando la locura constante a la que vivimos expuestos: ver a nuestro equipo jugar. E incluso con eso, el lío no cesa. Siempre tenemos a estos luchadores en mente, y son nuestros ídolos.
Sé que, leyendo esto, te has sentido identificado. Me gustaría saber el número aproximado de MADRIDISTAS que han leído esto. Si tu sabes que tienes MADRIDISMO, y estás orgullos@ de ser MADRIDISTA, deja tu opinión en estos recuadros de aquí abajo.
Gracias por leerme una vez más, no sé cómo agradecéroslo.
Saludos y... ¡HALA MADRID!

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